7 razones para aventurarse en el trail running

por Sole Hott

Si me hicieran elegir entre correr en la ciudad o el trail running, confieso que no podría quedarme con solo uno de ellos. Sí, corro en calle hace casi 10 años, pero hace cinco años me inscribí en mi primer trail y nunca más pude dejarlo ir.

Así como para algunas es simplemente la calle o el cerro, para mí, se trata de una relación abierta. El cerro me conquistó a primera vista y cada vez que estoy en la montaña sumo argumentos para probar esta disciplina.

Por eso, les dejo algunas razones para atreverse y probar, sin compromiso, el trail running y las bondades del cerro.

1. No se trata solamente de las ‘piernas de cerro’ de sus exponentes, pero si lo dejaremos anotado. Siempre se agradece el incentivo, y los cabros de cerro…son los cabros de cerro.

2. Despídete de los tiempos y ritmos. En el cerro el reloj solo servirá para saber cuánto tiempo llevas corriendo o el desnivel. Y es que los ritmos en el trail son diferentes, se camina, se corre, se trota y te ‘lanzas’ cerro abajo, incluso he tenido que escalar en algunos senderos. Además, las distancias clásicas te tomarán más tiempo que en la calle, bastante más.

3.  Las distancias son diferentes y raras. Los clásicos 10, 21 y 42 son muchas veces reemplazados por 7, 12, 22, 33 y luego los 50, 80 y 160, etc.

4. Corres con tu comida e hidratación. En el cerro no está la llave amiga, ni puede pasar a comprarte una Coca Light cuando terminas. Aquí va todo en la mochila, y debido a las horas que se suelen pasar en el cerro hay que llevarla contigo. Y en las competencias, los puestos de hidratación son una fiesta, y puedes encontrar de todo: chocolates, ramitas, frutos secos, bebidas, entre otros.

5. Estar sucia, está bien. En la calle es muy raro que nos ensuciemos y más de una colapsa con la zapatilla manchada o cochina. Bueno, en el trail running las zapatillas estarán limpias solo el primer día.

6. Llegar a la cima, siempre es el mejor premio. Y saber que todo lo que sube tiene bajar, es siempre un incentivo maravilloso. La vista es impagable y es definitivamente una de las cosas que más amo del cerro.

7. Desconexión total. El trail running es la mejor opción si de verdad quieres dejar el estrés de la rutina o simplemente tener un momento contigo. La contaminación, el ruido y los semáforos, muchas veces no nos permite lograr ese click off, pero en el cerro el único ruido será el de tus zapatillas.

Puede que el trail running requiera de más equipamiento que la calle, y si bien tiene muchas cosas en común como los beneficios físicos y psicológicos, el contacto con la naturaleza siempre nos dará ese sentimiento de libertad que muchas veces buscamos al correr.

Para mí es el desafío perfecto, sola o acompañada, pasar 6 horas corriendo en la montaña y cruzar la meta, o solo por diversión, será siempre el mejor argumento para volver a intentarlo. Amo la ‘no’ presión del cerro, sus snacks y llegar completamente agotada después de pasar horas corriendo.

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