Conociendo a: Tess Strellnauer

En esta oportunidad la entrevista es con una amiga que corre futbolista detrás y delante de un balón, la Tess Strellnauer es parte del directorio de  Asociación de Jugadoras de Fútbol Femenino de Chile (ANJUFF), que trabaja para posicionar el fútbol femenino en un nivel competitivo, proteger y defender los derechos de las jugadoras.

¿Cómo “encontraste” tu disciplina?
Siempre fui una niña muy activa y mi mamá me metió en muchos deportes. Pasé por gimnasia artística, tenis, equitación, taekwondo, judo, pero me quedé con fútbol. Empecé jugando un verano con amigos del condominio y me gustó mucho. Luego fui escalando al equipo del colegio, ligas, clubes formativos, hasta que llegué a selecciones menores de Chile, club Universidad Católica y después el fútbol universitario.

¿Siempre has sido buena para los deportes? 
No se si “buena” es la palabra, pero siempre me gustaron mucho y daba mi 100%. De niña era muy inquieta y creo que siempre fui competitiva. Una vez que empecé a jugar fútbol, los otros deportes colectivos se facilitaron e hicieron más lógicos, y eso se nota en las canchas. 

¿Cuándo te diste cuenta que te gustaba?Tengo muy marcado el Mundial de Alemania en 2006. Recuerdo haberlo visto en el colegio (como era un colegio Alemán, veíamos cuando jugaba Alemania, porque Chile no había clasificado) y me empezó a gustar mucho. Paralelamente empecé a jugar con amigos del condominio, al principio yo me acercaba, pero después con el tiempo siempre tocaban el timbre y le pedían a mi mamá si yo podía salir. Ahí me di cuenta que era buena y que querían que fuera parte de los equipos. Lo pasaba muy bien, iba mejorando y así se fueron dando todas las oportunidades. Afortunadamente mi colegio tenía una rama muy buena de fútbol y luego leyendo la revista Seventeen entré a mi primer club. Todo se fue dando muy fácil y siempre lo disfruté un montón. 

¿En qué consiste tu entrenamiento (si aplica)?
La cuarentena ha sido difícil, porque siempre estuve acostumbrada a entrenar en equipo. En ese sentido, hoy estoy reinventándome para motivarme con un entrenamiento diferente a los que me gustan. Para mi el fútbol, si bien lo veo de una manera súper competitiva, también es un espacio muy importante para compartir con mis amigas. Mis amigas más cercanas son las del fútbol, y con muchas vengo jugando hace muchos años y en diferentes equipos. No poder entrenar de esa forma ahora ha sido complicado, así que estoy intentando probar cosas nuevas. Empecé a moverme en bici, estoy subiendo más cerros e idealmente quisiera probar nuevos deportes como el box o crossfit.  

¿Cuáles han sido tus mayores logros o momentos más emocionantes?
Uno de mis mayores logros fue poder ir a un sudamericano sub 17 el año 2011. Había sufrido mucho quedando fuera de una nómina para un campeonato muy importante, y me enfoqué en un 100% de quedar en el siguiente. Una vez que quedé en el equipo, que era titular y tenía mi camiseta 8 con apellido estampado, sentí que todo valió la pena. Fue mi peak a nivel de físico, pero creo que futbolísticamente crecí mucho más en los siguientes años. Tengo recuerdos muy bonitos en cada equipo en el que jugué. Los últimos años a nivel universitario fueron increíbles también. En la Universidad de Chile (casa de estudios) existe una mística hermosa dentro del equipo. Las “Hijas de Bello” son lo más grande para mi, y  competir contra otras universidades o viajar a distintas ciudades de Chile representando a la Chile siempre fue algo muy emocionante. Lo mismo a nivel de facultad. Si bien es una liga interna muy amateur, la forma en que cada facultad vivía cada partido era muy intensa. Me mueve mucho el fútbol y guardo momentos que me enseñaron y formaron un montón.

¿Qué te ha enseñado tu disciplina?
Uff, mucho. Creo que lo principal es el trabajo en equipo, la determinación y la perseverancia. El fútbol me enseñó a ponerme a prueba y saber que soy capaz de lograr lo que me proponga. Y también me ha enseñado a tolerar la frustración. En cualquier deporte se aprende, se pasa bien y también se sufre. En mi caso, todo lo vivido y lo sufrido me convirtió en la persona que soy. 

¿Qué tiene tu deporte que no tengan otros? ¿Qué lo hace único?
Creo que lo que hace único al fútbol es que es algo muy transversal a la sociedad. La mayoría juega o ve fútbol, y afortunadamente cada vez hay más espacio para las mujeres tanto dentro de las canchas, como en las conversaciones. En cualquier parte del mundo uno va a poder hablar de fútbol o incluso armarse una pichanga. La facilidad, simpleza y masividad de este deporte lo hace único. 

¿Cómo es ser mujer y deportista? ¿Has sentido algún tipo de discriminación?
Ser mujer en el fútbol siempre ha sido complicado por lo masculinizado que está este deporte. Existen diferencias abismales entre el apoyo y las oportunidades que se le entregan a los hombres versus a las mujeres en este deporte. Me encanta saber que esto está cambiando, y que están habiendo muchas transformaciones en la sociedad respecto a la mujer en el fútbol. No solo en las canchas, si no que en espacios de comunicación, graderías, dirigencias, etc. Cada vez más niñas están jugando desde edad temprana, o más mujeres están entrando a espacios que antes les eran hostiles porque “eran exclusivos de los hombres“.

¿Qué importancia tiene el apoyo de tu familia y amigos?Para mi ese apoyo fue clave. Mi familia siempre estuvo orgullosa de cada uno de mis pasos en el fútbol y me apoyó siempre. Sin ese apoyo difícilmente podría haber recorrido todo el camino. Mis papás me llevaron a todas partes para entrenar y jugar partidos, me esperaban y siempre estaban ahí en lo que necesitara. Lo mismo con mis amigas. Cuando estaba en el colegio me aguantaron todo, me ayudaban cuando faltaba a clases y eran tremendas compañeras para los trabajos. Con las amigas del fútbol siempre estuvimos en la misma sintonía y nos apoyábamos en los procesos. Salíamos de entrenar pasado las 10 de la noche los días viernes. Entre llegar a la casa y prepararse para salir, o juntarnos todas con las rodillas y el pelo sucio y simplemente seguir compartiendo, no había por dónde perderse. Fueron muy buenos tiempos y todo giraba en torno al fútbol.

¿Has hecho amigas gracias al deporte?
SIIIIIIII. Mis grupos más cercanos son con las cabras del fútbol y por suerte nos hemos ido topando en diferentes equipos. Hoy por hoy, mis más amigas de cuando jugaba en el club Santiago Oriente o en la UC estudiaron en la Universidad de Chile, entonces hay compañeras con las que he compartido desde el 2008. Hemos pasado tantas cosas juntas, entre penas y alegrías, frustraciones, triunfos, y si a eso le sumamos todas las actividades paralelas al fútbol como viajes, mochileos, carretes, paseos, uff. Es una de las cosas que más le agradezco al deporte.

 ¿Qué otros deportes te gustaban o te gustan hasta hoy?  
Hace un par de años empecé a jugar tenis. Durante una práctica que hice en EEUU me invitaron a jugar y me gustó mucho. No podría decir que soy buena, pero me encantaría perfeccionarme. También me gusta mucho la montaña y acampar, así que estoy intentando hacerme el tiempo para hacer trekkings y aprender a escalar. Mi sueño es poder hacer alguna travesía. En términos de espectadora, creo que podría ver todos los deportes. Disfruto mucho cuando hay eventos como los Juegos Olímpicos o Panamericanos, porque se pueden ver deportes que generalmente no encontramos tan fácilmente en la TV.

¿Qué consejo darías a quienes quieran seguir tu deporte?    
Creo que lo principal es sacarse el estigma de que el fútbol es un deporte para hombres o que es “ahombrado” jugar fútbol. El ejemplo más claro es Estados Unidos. Ahí el soccer es un deporte principalmente practicado por mujeres. Cada vez hay más instancias para jugar y/o aprender, y también hay mucha gente que está luchando para derribar las barreras que existen. Y un consejo que estoy aplicando en mi también es atreverse a probar cosas nuevas. Durante más de 15 años solo pensé en fútbol, y ahora quiero probar algo nuevo. Me asusta, porque probablemente no seré buena a la primera, pero es rico conocer otras disciplinas y tener nuevos desafíos. Finalmente, esa satisfacción que entrega el deporte es difícilmente replicable en otras esferas. 

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