Empezar a correr después de los 50 (y no pensar en parar)

Por Carolina Durán @carodu

¿Les ha pasado que tienen ganas de empezar a hacer algo pero se detienen pensando un “Estoy muy vieja para eso”?  Creo no ser la única que ha caído en la trampa que la edad nos pone límites, y creo también que muchas mujeres quisieran empezar a correr, pero sienten que ya pasó su “cuarto de hora”. No es así. Nunca es demasiado tarde, y probaré mi teoría con casos concretos. Se trata de dos mujeres llenas de energía y disciplina, que empezaron a correr después de los 50 años: les presento a Ruth Guzmán y Julia Martínez. 

Julia corrió tras una historia

A comienzos de la década del 90, y cuando tenía 50 años, la periodista Julia Eugenia Martínez se planteó por primera vez el desafío de correr. Vivía en Londres y estaba preparando un reportaje para la BBC, que trataba sobre el running en personas mayores. Para su investigación, habló con el editor de Medicina del diario The Independent, quien justamente escribía un libro sobre este tema, y la invitó a ser su conejillo de indias, y prepararse para correr 8 kilómetros. “Le dije que no iba a poder, que era algo imposible”, me cuenta Julia. Pero él insistió, ella accedió y comenzó a seguir un plan de entrenamiento. Después de tres meses de preparación, llegó el día de los 8 kilómetros corriendo alrededor del foso de la Torre de Londres. Julia completó el desafío sin problemas, y pudo cumplir con los dos objetivos que se había propuesto: correr esa distancia, y generar contenido para su trabajo: “Hice varios reportajes para el servicio latinoamericano de la radio de la BBC sobre esta experiencia”, recuerda. 

Después de esa primera carrera, Julia siguió corriendo por su cuenta, de forma intermitente. Luego, el año 1995 volvió a Chile y empezó a correr más constantemente. El año 2004 participó en las primeras carreras organizadas por Nike, que tenían un circuito de 7 kilómetros. Ahí llegaron también las primeras medallas y los segundos, terceros y primeros lugares: Julita se estaba acostumbrando al podio, y recuerda que su primera medalla de oro se la regaló a su nieto. Luego quiso ir por más y se aventuró con los 10k, distancia que mantiene hasta hoy. 

Julia destaca también lo importante que ha sido para ella ser parte de un equipo de corredores, es integrante de los Interunners, que entrenan los fines de semana en el Parque Intercomunal de La Reina.

A los logros de Julia se suman también varias competencias de atletismo: “Hace 4 años me llamó una amiga, y me invitó a ir al estadio a correr por los Atletas Máster de la Universidad Católica (institución en la que fue académica), y tengo muchos triunfos en 400 y 800 metros”. También participó en el Sudamericano Máster de Atletismo el año 2017, donde ganó 3 oros y una plata, y participó también de una posta: “corrí con otras tres viejas. Éramos dos de 75 y dos de 80 años”. Sobre la experiencia en ese certamen, concluye: “te diría que eso fue lo mejor que he hecho en mi vida deportiva”.

Sobre los beneficios que el running ha traído a su vida, Julia comenta: “Tengo muy buena salud.  A mis 78 años no tengo ni un remedio en mi cuerpo. De repente me tomo una pastilla de calcio, cuando me acuerdo. Además, es muy bueno compartir con otras personas, hay amistad siempre, porque no importa si llegas segundo o tercero, da lo mismo. No existe la depresión en el running, tienes tu gente, tu equipo, tus amigos”.

Actualmente Julia vive en Brighton, Inglaterra, y cuando piensa en sus próximos objetivos deportivos, confiesa que le gustaría viajar a Chile el próximo año para participar en un nuevo campeonato de atletismo, si la pandemia lo permite. “En marzo nuevamente hay una competencia sudamericana de atletas máster, como la del 2017. Si se realiza, quiero inscribirme y representar a Chile. Para eso me hice un Excel, para organizar mis entrenamientos”. 

“Si alguien de 40 ó 50 años dice ´es muy tarde para empezar a correr´, ¿qué le respondería?”, le pregunté a Julita. “Empecé a los 50, y si miro para atrás digo, “pucha que era joven”, y creo que voy a seguir hasta los 80”.

Ruth ya piensa en la próxima maratón 

“Siempre me gustó hacer gimnasia” me cuenta Ruth Guzmán, cuando empezamos a hablar de su experiencia con el running. Le gustaba andar en bicicleta y a veces trotar libremente, pero su primera corrida fue en septiembre de 2007, cuando tenía 56 años. 

Ruth trabajaba en la Universidad Austral de Valdivia como secretaria de la Facultad de Medicina cuando, por el aniversario de esa unidad académica, se organizó una actividad deportiva en dos categorías: una corrida familiar de 3,8 kilómetros y otra para correr individualmente, de 7 kilómetros de distancia. Quiso inscribirse en la de 3,8k, pero solo podía correrse en compañía de familiares, y sus hijos vivían en otras ciudades, así que se anotó para participar en la de 7k. Así recuerda esa experiencia: “Empecé a correr, y fui adelantando otros corredores, veía que algunos se quejaban, y yo iba como si nada. Pasamos unas cuestas, ya íbamos como en la mitad, y dije ´demás que llego´, me animé, después me encontré con un colega, y dije ´este no me va a ganar´, así que me fui al ladito, sin dejarlo, luego nos encontramos con una cuesta, y le dije ´acá podríamos caminar, porque está muy pesado´, y él no me hizo caso, siguió corriendo, y me salió lo feminista y dije ´ah nooo’, así que llegué arriba, y me largué como alma que se la lleva el diablo, y la gente en la calle me gritaba ´corre por las mujeres´, ´corre por mí´. Y cuando veo la meta, estaban los profes, y gané, llegué primera”. 

Tras esa exitosa primera experiencia, sus conocidos la animaron a seguir corriendo. Entró a un club y comenzó a entrenar regularmente, y a trotar 40 minutos después del trabajo. Después vinieron los viajes para correr 10 kilómetros en distintas competencias nacionales: en Antofagasta, en Puerto Montt, y en la Maratón de Santiago, donde ganó en su categoría, con un tiempo de 49 minutos. “´Ahora voy a correr 21k´, pensé. Mi marido me buscó un programa bueno para correr 21k en dos horas, y me demoré 1 hora 51 minutos. Ese fue el comienzo, después vine a Santiago por los 21k, y después me entusiasmé con seguir aumentando la distancia”.

Ruth definió que su próximo objetivo sería correr una maratón. “Ya iba a cumplir 60 años, y quería decirles a mis nietos que su abuela era maratonista”, y logró ese deseo en la Maratón de Santiago 2012, con un tiempo de 3 horas y 57 minutos. “Y ahí mi objetivo de correr una sola maratón se esfumó, dije ´cuándo es la otra´”. 

Como podrán imaginar, desde ese momento Ruth no ha dejado de correr maratón, distancia que la ha llevado a distintas ciudades y países, como Colombia, Brasil. Estados Unidos y Alemania, y que la ha llenado de experiencias significativas: “Recuerdo la maratón de Boston en 2018, con un temporal y cuatro grados de temperatura. Salí segunda en mi categoría. Mantuve la garra y llegué entera”. Su última maratón fue la de Berlín en 2019, y resultó ser muy significativa para ella: “La completé en 3 horas, 40 minutos y 3 segundos, mi mejor tiempo. La corrí pensando en mi hijo, que esperaba un trasplante al corazón. No supe si llovía, si hacía frío, pensaba en mi hijo y su corazón. Cuando llegué de vuelta a Chile, fui a la clínica y lo habían trasplantado, ‘trajiste la marraqueta´, me dijo”. 

Al igual que para Julia, ser parte de un equipo es importante para Ruth, para compartir con otros corredores y para ser acompañada por un entrenador. Ella participa del club You Can Run donde, según nos cuenta, es muy querida y respetada por sus compañeros.

Ruth corre largas distancias, pero cree que todos pueden adaptar el deporte a sus condiciones particulares: “cada uno corre a sus tiempos, a sus ritmos. Es importante ser ordenados, y tener disciplina y ganas de hacerlo bien. Cada cuerpo da lo que puede dar, lo que importa es hacer ejercicio y compartir con el resto”.

Ahora, esta corredora está a la espera de que vuelvan las carreras para completar su próxima maratón: “En los 42 kilómetros pongo todo mi empeño, mi energía, mi mente. He corrido siete maratones, pero en la octava igual voy a asustarme y pensar ´¿podré hacerlo?´ ´¿qué pasará?´, y eso me da adrenalina, me llena de optimismo y rejuvenezco 10 años”.

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