Este lugar fue definitivamente un gusto adquirido. De primeras no te conquista, pero con el tiempo uno lo comienza a querer y ahora es de mis favoritos cuando corro en Viña de Mar.
Este lugar es un clásico y tiene cinco locales (uno en Valparaíso y ahora en Santiago) donde la especialidad está en el desayuno y las onces. Lo mejor de este lugar son los jugos, donde puedes hacer varias combinaciones. Mi favorita es naranja-zanahoria, siempre rica y fresca, vienen en tres tamaños y el perfecto es el mediano.
En el acompañamiento hay que pedir los famosos panes, que consisten en un triángulo de molde miga o integral. Acá la cosa es sencilla pero rica. Pueden ser ave palta, jamón huevo, ave pimentón o también puedes crear el tuyo y acá pido palta y jamón.
Lo bueno es que atienden rápido y la gente siempre es amable. Aunque no se vea abundante, sí lo es, pero siempre pidan dos triángulos, porque uno se hace muy poco.
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