Soy Paola Ortiz, tengo 41 años, empecé a entrenar hace tres años y he corrido cinco maratones.
¿Cuándo decidiste correr tu carrera?
Como muchos corredores, soñaba con el Maratón de Boston, pero lo veía lejano. Clasifiqué con mi segundo maratón (Chicago 2016) sin entender la real envergadura de lo que significaba estar en la línea de largada, ni el nivel de los deportistas que llegan ahí.
¿Cómo te inscribiste?
Postulé en septiembre de 2017, días antes de ir a correr el Maratón de Berlín y estando aún de viaje recibí la confirmación. Me encanta eso de cruzar la meta y ya tener un nuevo desafío en mente.
¿Cómo organizaste el viaje: cuántos días antes llegaste, dónde alojaste?
Viajé el jueves anterior (el maratón es el tercer lunes de abril), anticipación suficiente para instalarme, descansar, ir a la expo (que es increíble) y preparar los detalles para la competencia.
Me hospedé en Boston Omni Parker House Hotel, un lugar muy cómodo, que está a cinco minutos de la finish line, lo que es ideal pensando en el regreso post carrera.
¿Qué lugares recomendarías para comer, cómo organizaste tu alimentación?
Como en cualquier maratón, la recomendación es no innovar, seguir la pauta habitual de carga de carbos que se ha probado previo a los fondos. Vapiano siempre es una opción segura para comer pastas con aceite de oliva y no correr riesgos con cremas o aliños. Lo otro que hago cuando he corrido en otro lugar, es ir al supermercado y comprar mi propia comida e hidratación.
Post carrera me comí la vida! fuimos al Fogo da Chao, carne a la espada exquisita y muy bien atendido.
¿Cómo describirías la carrera, organización, hidratación, paisajes u otros?
El circuito es tan lindo como complejo. Es muy importante tener un plan de carrera y seguirlo, no tentarse en las bajadas y llegar con fuerza a enfrentar los kilómetros 26k al 33k, donde se encuentran las cuatro colinas. Cuando aparece el letrero que dice “Heartbreak Hill is over” sabes que lo más duro quedó atrás y si lo hiciste bien, sólo queda disfrutar lo que queda.
La organización es increíble, desde la comunicación previa con los deportistas, la entrega de kits, los buses para llegar a Hopkinton y la carrera misma.
La ciudad es preciosa, muy europea. Hay varios lugares para visitar: parques, museos, los duck tours (ideal pre carrera), MIT o Harvard
¿Qué te sorprendió?
Como en todos los majors marathon, las ciudades se preparan para el evento. Pero en Boston, la celebración del Día del Patriota le da un valor de tradición e historia, generando un ambiente único.
Además es muy emocionante ver a corredores mayores, luciendo con mucho orgullo sus clásicos cortavientos, a los que le han ido bordando los años de las ediciones en las que han participado.
¿Cómo describirías el público de la carrera?
El año pasado nos tocó una carrera muy dura, mucho viento, frío y lluvia desde principio a fin. A pesar de eso, durante todo el circuito había una gran cantidad de gente animando, bandas de música, familias con niños, carteles divertidos y por sobretodo, muchos voluntarios.
Realmente es una fiesta, donde te hacen sentir especial sólo por haber clasificado.
¿Por qué recomendarías esa carrera?
Boston es considerado uno de los maratones más importantes del mundo y uno de los más antiguos (se realiza desde 1897). Tiene mucha historia y tradición y realmente sientes que es un privilegio estar ahí.
Para nosotras tiene un significado especial, ya que, aunque sea difícil de creer, recién en el año 72 se oficializó la participación de mujeres en esta distancia y todo gracias a dos pioneras que corrieron en los años 66 y 67, esquivando a los guardias.
Volveré a correr Boston de todas maneras y las invito a ir por la medalla del unicornio.
