La amiga que corre, Natalia Villaroel, más conocida como runfields y ganadora del Maratón de Viña, nos cuenta sobre los beneficios de ser una corredora vegana, sus desafíos y por qué lleva este estilo de vida.
¿Por qué tomaste la decisión de ser vegana?
La verdad es que la decisión no la tomé desde el primer momento, pero todo se fue dando y en gran medida gracias a tres factores.
Primero, mi cercanía e infinito amor hacia los animales, lo que considero un argumento político (ya que alimentarse es un acto completamente político); segundo, mi poco gusto por las carnes y mis crecientes problemas de intolerancia a la lactosa; y tercero, mi acceso a la información, una clave importantísima para darme cuenta que los ciclos de producción de ciertos alimentos, utensilios, ropa, etc. eran tan contaminantes para el medioambiente como para mí.
¿Cuál fue tu primer acercamiento con el veganismo?
Estos tres factores que comento se
desencadenaron en momentos diferentes, pero mi primer acercamiento con el
veganismo fue como a los 16 años. Recuerdo que fui sola a ver un documental
sobre este novedoso concepto de “veganismo” y resultó que me la lloré toda. Fue
una terapia de shock super fuerte, porque mostraban animales sufriendo y los
horribles ciclos de producción para obtener carnes, lácteos, huevos, embutidos,
ropa, etc.
Desde ese día algo cambio en mí, fui “vegana” un par de días, pero después sucumbí
a las dinámicas alimenticias de mi hogar. Estaba muy chica y es difícil luchar
contra la corriente cuando eres chicx y/o vives con tu familia.
¿Cuándo partiste
siendo vegana? ¿ya corrías en ese momento?
Sí, ya corría cuando comencé en el veganismo. De hecho, en términos “legales”,
soy vegana hace un año y medio aprox., pero antes estuve en procesos de
transición, que duraron otro tanto. Hace más de 3 años que dejé todos los
lácteos, porque mi cuerpo realmente se enfermaba cuando los comía, y antes ya
había empezado a dejar las carnes y embutidos, para finalmente dejar los huevos
y cosas procesadas que tuvieran alguna forma de leche o ingredientes animales.
La transición fue en el siguiente orden: 1) carnes y embutidos (pese a que casi
nunca comía); 2) lácteos; 3) huevos; y 4) procesados con ingredientes animales.
¿Qué cambios notaste en tu rendimiento siendo vegana?
Uff, siempre que puedo lo cuento, porque los cambios fueron notorios. La proteína animal de por sí inflama el cuerpo humano, y pude comprobarlo al tiempo de llevar una dieta totalmente vegana. Me sentía más fuerte, más liviana, con mucha más energía y también siento que me recupero mucho más rápido. Siento que los entrenamientos fuertes no impactan mi cuerpo como antes, no hay tanto “achaque” o esos “dolorcitos” o fatiga post sesiones de mayor esfuerzo, y sinceramente me siento un poco más rápida y fuerte que antes.]
¿En qué consiste tu alimentación?
Mi alimentación es sencilla. No es nada extremadamente elaborado ni difícil de encontrar, ya que solo hay que hacerse el tiempo para comprar verduras, frutas, cereales y legumbres, y ponerse a cocinar. Como de todo eso todos los días, e incluso a veces desayuno o ceno legumbres porque las amo con todo mi corazón.
Garbanzos y lentejas son las que más como; cereales y semillas como avena, arroz blanco o integral, chía, linaza, semillas de zapallo; frutas, de todas las que la estación pueda ofrecerme; y verduras también de todo un poco, pero tengo una predilección por la acelga, la espinaca, los champiñones, el zapallo italiano, los pimentones y el pepino. En general intento comer cosas que yo misma prepare o sepa de dónde vienen.
No tomo bebidas, ocasionalmente alcohol, pero amo la limonada, los jugos naturales y el agüita. Ah, y me cuesta mucho comer carne de soya u otras cosas procesadas de ese estilo, que reemplacen la carne, porque no soy ese tipo de veganx que busca reemplazar algo. Como nunca me gustó mucho la carne no busco reemplazarla, porque no me llama la atención.
¿Cuáles crees que son los principales mitos del veganismo?
Obviamente, el tema de que somos más débiles, que estamos desnutridos y que no comemos “proteínas”, por tanto, estamos en desventaja. Es mucha la desinformación que hay, ya que se cree que la única forma de comer proteínas es a través de la carne o el huevo, y se piensa que las proteínas vegetales son “un reemplazo” de la proteína animal, o que incluso son de peor calidad, y no es así. La proteína vegetal es igual e incluso mejor que la animal, pues no inflama el cuerpo, es más barata (si pensamos en las legumbres) y también es más versátil de preparar.
Además, creo que hay una sobrevaloración del concepto de “proteína”, no soy una experta, pero los carbohidratos y otros nutrientes son igual de esenciales que las proteínas en el cuerpo, y tampoco se necesitan en grandes cantidades. Cada nutriente ayuda a que la máquina del cuerpo funciones correctamente, pero el sistema en general se encarga de enseñarnos desde niños que las proteínas son el alimento esencial para los deportistas, que esa es la única forma de mejorar rendimiento y no es así. Además, la alimentación depende de cada persona, de cada cuerpo y de cada actividad que realice. Creo que la clave no está en comer proteína a destajo.
¿Qué desafíos tiene una corredora vegana?
Mis desafíos son vagos durante estos días, la verdad, pero si sé que este primer semestre de 2020 no correré maratón, así que mi objetivo sería entrenar para mejorar mucho mis “debilidades deportivas”, correr con ganas algunas carreras que quizás se desarrollen el próximo año, y comenzar con el Trail running en algún momento, para quizás, luego, en el segundo semestre del 2020, lanzarme a correr otro maratón. Pero por ahora, estoy tranquila, aunque siempre pensando en correr y llevar como bandera de lucha el veganismo y el hecho de que soy mujer, a ver si puedo contagiar o derribar mitos con respecto a la alimentación y el género en el deporte.
¿Qué recomendaciones le darías a alguien que quiere comenzar a dejar la carne?
Primero le diría que se puede, que si tiene las intenciones tiene que hacerlo, tirarse a la piscina y probar para ver cómo le va. Este camino es una transición y no hay fórmula, todos lo hacemos de formas diferentes. Hay gente que corta todas las carnes de raíz, otros que comienzan con las de vacuno primero, y así, de forma más paulatina.
En el fondo, lo que elijas estará bien, pero siempre creo que estos cambios se deben llevar de la mano de 2 factores: 1) atención médica, porque existen muchas personas que tienen alguna dificultad o enfermedad u otras que creen que se enferman cuando comienzan este camino, pero lo que no saben es que quizás estaban débiles o anémicos desde antes de comenzar el proceso; y por otro lado 2) No obligarse a hacer el cambio, ya que si te obligas el proceso será muy negativo y con pésimas sensaciones, y la idea es que sea un cambio a largo plazo. A veces, más vale demorarse y terminar que apurarse y abandonar.