No es un tema que hablemos siempre, pero lo cierto es que es algo que nos preocupa bastante al salir a correr y sobre todo cuando estamos en la largada de una carrera, porque siempre salimos a la suerte del cuerpo y esperamos que se comporte bien ¿Pero qué pasa cuando hay ganas incontrolables?
Les voy a dar mi gran aliado, recomendación de una gran amiga maratonista: imodium. Que es según su sitio web “Loperamida que ayuda a reducir la diarrea porque disminuye la actividad del intestino”. Me lo tomo varias horas antes de la carrera y me aseguro tener todo bien seguro a la hora de partir.
Preguntamos abiertamente en nuestro Instagram y sobre las respuestas se dividió en tres grupos.
Grupo #1. Es el que tiene más cabeza. Muchas dijeron: “me aguanto y pienso en otras cosas; bajo el ritmo y luego retomo; le doy con todo rápido para no pensar”.
Eso por supuesto requiere de gran concentración, pero muchas veces, la cabeza no puede aguantar las ganas incontrolables, y ahí pasamos al nuevo grupo.
Grupo #2: Las que buscan solución rápida. Acá los comentarios tenían que ver con encontrar un espacio para hacer el número 1 ó número 2 y seguir corriendo. Hay varias opciones: “Si es carrera busco un baño químico, del contrario aguantar; aprovecho los baños de las cafeterías; activo mi GPS interno bombas, edificios y preguntar con cara de perrito y después mil gracias; si es muy urgente vuelvo a mi casa; en maratón paré en el kilómetro 30 a hacer pipí; siempre que corro maratón tengo que ir al baño, me planifico”
Muchas veces eta opción es la única viable, lo bueno es cuando tienes un baño donde ir y sobre todo en carreras, pasar, hacer lo más rápido y seguir. Muchas veces es más complicado tener la situación en tu cabeza, es mejor perder unos minutos que estar incómoda todos los kilómetros.
Grupo #3. Con todo sino pa qué. Este es el grupo radical. Acá las ganas hay que sacárselas como sea. Esto dijeron “Paro en cualquier lugar y hago pipi; si es pipi me hago, pasa muy piola; si es número 2 baño donde sea, si es 1 a morir mientras corro; mi técnica para hacer pipi en la calle es taparme la cara y siempre llevar confort”.
Esto es lo más difícil, porque en la calle cuesta hacer, sobre todo si uno anda sola, pero también llegar y hacerse tampoco es tarea fácil. Pero si ya estás con tu ritmo y no quieres dejarlo, hay que darle nomás.