Mi papá corre maratones desde que tengo memoria, casi con zapatillas de lona y polera de algodón, cuando el running no era moda, cuando para la maratón de Santiago no se cerraban las calles y tenias que cruzar Vespucio solo entre medio de las micros .
Siempre el deporte estuvo presente en nuestra vida desde chicos, nos inscribía en triatlones y carreras de mountainbike, nos íbamos los veranos al sur a competir, lo pasábamos increíble la mayoría del tiempo pero también sufrimos a veces de levantadas temprano, caídas, agotamiento y del esfuerzo que significaba llegar a la meta.
Todas esas experiencias fueron súper formativas, y creo que nos prepararon de manera distinta para la vida, estoy segura de que mucho de lo que logramos yo y mis hermanos se lo debemos a esa formación y al cariño con que nos hizo parte de su estilo de vida.
Hoy yo soy mamá de cuatro y me encantaría dejar algo de eso para ellos, creo que correr o hacer cualquier deporte que signifique esfuerzo, disciplina y constancia los hará personas capaces de mucho y mejores en el ámbito personal y profesional.
Es por uno de los motivos que corro y hago deporte, quiero ser un ejemplo para ellos, quiero que conozcan la satisfacción del deporte, del contacto con la naturaleza, el compañerismo que existe y que con esfuerzo podrán lograr lo que se propongan.
Mi papá sigue acompañándonos y motivándonos, arriba de su bici, al lado siempre en los kilómetros más difíciles.