La Fran salió por sus primeros kilómetros post confinamiento, y nos cuenta su experiencia y la emoción de volver a correrl
El 14 de marzo, decidimos con el Seba (mi marido) hacer cuarentena voluntaria. Lo que no sabíamos es que el apellido “voluntario” cambiaria a “obligatoria” por varias semanas más.
Hemos sido muy responsables desde el comienzo, nada de visitas, al supermercado vamos solo cuando realmente lo necesitamos y la verdad es que no salimos para nada. O sea comprenderán que ni daba pasos en el día, la luz del sol apenas me llegaba a la cara.
En un par de ocasiones bajé al estacionamiento subterráneo a correr 5 kms, pero lejos de despejarme y sentirme feliz, me sentía como un hamster corriendo casi en el mismo lugar.
Esta semana cuando levantaron la cuarentena en Las Condes, no pude salir a correr el primer día y logré salir el viernes.
Mi primera sensación fue felicidad de sentir el sol que llegaba a mi cuerpecito pálido por estar meses escondido. Llevé mi mascarilla, porque me iba tapando nariz y boca cuando pasaba cerca de personas, pero después la bajaba para poder respirar mejor ¡Qué cosa más buena!
Fue lo máximo, quedé cargada de endorfinas, me sentí al fin libre. Lamentablemente el fin de semana entramos de nuevo a cuarentena, así que tuve que aguantarme dos días más para volver a correr.
Jamás miré mi reloj para ver mi ritmo, creo que una buena forma de salir las primeras veces es sin reloj, y si quieres ver los kilómetros que hiciste, intenta no ver tu ritmo. Corre por sensaciones, tu cuerpo seguramente ya no se sentirá tan cómodo corriendo a la misma velocidad que antes. Pero tranquila que eso se recupera rápido.
Si aún no has salido y no es porque aún no quieres salir, te recomiendo que lo hagas. Te subirá el ánimo, llegarás con otra energía para seguir tu día y bueno, todas las cosas maravillosas por las que creo todas las “Amigas Que Corren” salen (o salían) a correr.
